Considerada una de las principales figuras del ballet clásico actual, la bailarina Lucía Lacarra presenta una trayectoria artística de gran relevancia.
Su interés por la danza lo mostró desde una edad muy temprana y a los 9 años comenzó a tomar clases en su Zumaia natal.
A los 13, Lucía Lacarra ya se encontraba en la ciudad de San Sebastián en la Academia Thalia de Mentxu Medel, y un año después llegaría hasta la capital madrileña para ingresar en la Escuela de Víctor Ullate. Fue en esta prestigiosa escuela, de donde han salido otras estrellas de su generación como Tamara Rojo, Igor Yebra o María Giménez, en la que Lucía Lacarra comenzó a perfilarse como futura promesa de la danza, hoy consagrada.
El Ballet Nacional de Roland Petit, donde pudo interpretar todo el repertorio del prestigioso creador, el Ballet de San Francisco y el Ballet de la Ópera de Munich, en el que figura como solista desde que ingresara en 2002, conforman la carrera artística de esta bailarina galardonada con el Premio Nacional de Danza en la modalidad de Interpretación, 2005. Un premio que se suma a otros en su haber como el Premio Nijinsky 2002 y el Benois de la Danza 2003.